ZAPATERO A TUS ZAPATOS

Por: Einar Edgar Roca Roledo

¿Usted le confiaría la construcción de su casa a alguien que no tiene conocimiento sobre el área?, la respuesta es más que obvia, alguien en su sano juicio no encargaría este tipo de trabajos a alguien que no lo sabe. Entonces,  ¿por qué dejamos nuestra salud en manos de alguien que no se formó en medicina? En los últimos días surgió una polémica por la publicación de un supuesto tratamiento contra el coronavirus, compartido por el odontólogo Alejandro Unzueta.

Según Unzueta, el tratamiento estaba ayudando a combatir el coronavirus en el Beni. Pero este plan terapéutico fue proscrito por el cardiólogo Excel Gutiérrez, quién afirma que la combinación de estos medicamentos tiene reacciones adversas. Por ejemplo, uno de los fármacos en esa lista es la indometacina, que puede ocasionar complicaciones a nivel cardiaco o accidentes cerebrovasculares si no se lo utiliza con las indicaciones adecuadas. Al igual que este fármaco, la mayoría de ellos tienen efectos adversos si no son aplicados en dosis y situaciones adecuadas. si bien se valora la intención del odontólogo, de tratar de tener una alternativa para combatir la enfermedad, pero es tremendamente irresponsable medicar a las personas cuando uno no tiene la formación en el área.

Varias personas dirán que Alejandro Unzueta también es doctor, pero no toman en cuenta que los conocimientos de ambas profesiones son distintas. El hecho de llevar una bata blanca no le hace un experto en todas las áreas de medicina y mucho menos ahora que existen ramas que son más especializadas. Este no es el único caso que tenemos, a diario vemos como gente se automedica por recomendaciones de amigos o conocidos. Incluso empresas farmacéuticas promueven la automedicación mediante anuncios que irónicamente terminan con la frase “en caso de seguir con los síntomas, consulte a su médico”.

La sociedad en su conjunto debe comprender que la medicina es más compleja de lo que parece y que en esa área no siempre la suma de uno más uno es igual a dos. Por eso necesitamos una norma que establezca un mejor control de la compra y venta de medicamentos, al igual que la tienen varios países de la región. Dejemos en manos de los especialistas los tratamientos y como dice un viejo adagio, “zapatero a tus zapatos”.