sábado, 16 de mayo de 2020

MÁS DE LO MISMO

Por; Einar Edgar Roca Roledo

En estos seis meses en el poder, el gobierno de Jeanine Añez se vio involucrado en distintos hechos controversiales, muy similares a los acontecidos en la gestión de Evo Morales. Vimos casos de corrupción, nepotismo, vulneración a las normas, uso indebido de bienes del Estado y recientemente lo más funesto, el intento de frenar la libertad de expresión mediante el Decreto Supremo 4231.

Carlos Mesa, a través de sus redes sociales, expresó su descontento por las últimas acciones del Gobierno, manifestando que “El Gobierno nos sorprende haciendo cosas que no debe y tomando decisiones sobre temas que necesitan un amplio debate”. Esas palabras expresan el malestar de muchos bolivianos, que vemos cómo Añez se va pareciendo cada vez más a su predecesor.

El camino que está siguiendo el actual Gobierno no es el correcto. En las últimas semanas hubo muchas críticas y el descontento de la gente va en aumento. Ahora no solo recibe cuestionamientos por sus detractores, sino también por gente que en algún momento le había brindado su apoyo.

Pareciera que todos los políticos son harina del mismo costal, que su única ambición es satisfacer apetitos personales, dejando de lado los intereses del pueblo. ¿Será que el poder es como un virus que hace cambiar a las personas por completo?, o probablemente sea como decía José Mujica, que "El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes verdaderamente son".


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