Por: Einar Edgar Roca Roledo
El coronavirus ha puesto en alerta a todos los países del mundo. Su rápida propagación y la alta letalidad, ha ocasionado que este virus sea difícil de controlar, incluso en países industrializados como China. A la fecha, ya se reportan aproximadamente 70000 casos y más de 1500 muertes a nivel mundial. Para los países en desarrollo, como Bolivia, la llegada de este virus sería catastrófico.
La poca especificidad de los síntomas y la espera de una confirmación con exámenes de gabinete y laboratoriales, impiden realizar un rápido diagnóstico. El sistema de salud boliviano no está preparado para afrontar una enfermedad de tal magnitud, tanto por la escasez de personal médico en nuestros centros hospitalarios y por el deficiente equipamiento en los mismos. A estos problemas técnicos, podemos añadir que nuestra población tiene poca costumbre en acudir a los hospitales cuando está enferma, debido a que esperan hasta estar completamente mal para hacerse una revisión médica.
En el caso de esta enfermedad, es bastante peligroso no hacer un diagnóstico temprano, ya que la enfermedad es silente y en ese periodo de latencia puede haber un gran número de contagios. Los médicos bolivianos saben de estas deficiencias, es por eso la preocupación de los mismos. Luis Larrea, el presidente del Colegio Médico de La Paz, pidió que se prohíba el ingreso a nuestro país de ciudadanos asiáticos, lo que pone en evidencia el temor que existe por parte de los profesionales en salud. Solo nos queda esperar que esta enfermedad no llegue a nuestro país y que pronto se encuentre un tratamiento.
Einar, usa puntos en los números: 70.000 casos y más de 1.500 muertes a nivel mundial.
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